VIAJE CON PROBLEMAS

03.07.2020 16:36

El retorno de mi último viaje a la región de Aysén estuvo marcado por 2 factores:

a) Las condiciones climáticas

b) El inicio de las restricciones de desplazamiento por el coronavirus

El 18 de marzo inicio retorno desde Cochrane a Coyhaique en Buses Don Carlos. Al decretarse el cierre en cuarentena de la comuna de Tortel, toda la gente se empezó a preocupar un poco más de lo habitual. Iba yo cumpliendo la primera parte de mi gira, habitualmente hago casi lo mismo: de Cochrane viajo hasta Villa O'Higgins y de regreso paso por Tortel. En las noticias la gente de Cochrane se enteró que una dama de la hacienda Chacabuco la trasladaron a Coyhaique por estar presentando los síntomas del coronavirus. Se suponía que si su examen arrojaba positivo era casi seguro que también cerrarían Cochrane. Me recomendaron volver ante esta tendencia de ascenso del contagio, por lo que el martes 17 de marzo hice mi reserva para el 18 ya ir de vuelta a Coyhaique. Son casi ocho horas de viaje. Al llegar a la capital regional me dirigí a sacar boleto para la barcaza desde Puerto Cisnes a Quellón y después reservar el viaje de Coyhaique a Puerto Cisnes. Todo bien, el bus saldría a las 17 hrs. y la barcaza a las 23 hrs. Se cumplió lo del bus, la barcaza llegó como la 1:30 y un poco antes comenzaron los operativos de control del COVID-19. Primer problema surgió al tratar de tomar la temperatura... la "pistola" no funcionó, en ese momento lloviznando, mucho frío y al aire libre. A un marinero se le ocurrió trasladarse bajo el cobertizo, a esas alturas ya era obvio pues la llovizna se convirtió en franca lluvia. La pistola funcionaba a veces un poco sería por la baja temperatura ambiente otro tanto por la nula experiencia de los funcionarios de salud... seguramente el implemento llegó a última hora y no hubo tiempo de aprender a usarlo. Para corroborar lo anterior a mí me tomaron la temperatura con un termómetro común aplicado bajo la axila.

La barcaza debe haber salido como a las 2:15 a.m. A eso de las 11 de la mañana llegamos a puerto Raúl Marín Balmaceda, luego de varios movimientos y sonidos de cadenas el capitán avisa por los parlantes que se había tratado de recalar, pero por la altura del oleaje ésto no había sido posible y agrega: "esperaremos que cambien las condiciones climáticas y lo volveremos a intentar a las 15 horas..." ¡Resignación no más! Faltando unos 10 minutos para las 15 hrs. se inician nuevamente los movimientos para intentar recalar. Una media hora intentándolo y nuevamente se escucha por los parlantes: "tras el nuevo intento no fue posible recalar... volveremos a intentarlo en tres horas más..." ¿un chiste?... NOOOO, así se hizo y a las 18 horas tampoco se pudo, por lo que, ¡por fin! seguimos viaje rumbo a Melinka.

Cabe la siguiente meditación: En la barcaza viajaba gente que debía bajar en Raúl Marín Balmaceda, incluso gente en vehículo y seguramente en el puerto había pasajeros hacia Melinka, Quellón o Puerto Montt. Al no poder bajarse creo que no les quedó más alternativa que darse la vuelta a Puerto Montt y bajarse al retorno de la barcaza (por lo menos tres días más). Digo ésto porque en Chiloé esa misma noche (domingo 22 de marzo) se iniciaba un Cordón Sanitario por lo que no los iban a dejar bajar por no ser residentes de esa isla y menos bajarse a esperar el retorno de la barcaza lo que, en tiempos normales, seguramente se puede hacer.

Bueno, llegamos a Quellón a eso de las 5 de la madrugada del día domingo. No había taxi a Castro porque la carretera la habían tomado los pobladores ante el suceso de que en un bus ingresó a Quellón una persona contagiada y para no dejar ingresar a nadie más se movilizaron en esa toma y bloqueo de carretera. Nos juntamos a esperar que abra la oficina de Buses Cruz del Sur como 8 personas que debían seguir viaje más al norte. El nochero nos informó que habían suspendido las primeras salidas, pero como a las 9:20 iba a salir un bus. A las 9 una señora de la oficina nos informó que se habían suspendido todas las salidas hasta nuevo aviso... Por suerte se despejó la carretera y pudimos irnos en taxi, yo hasta Castro, otros debían seguir más al norte y verían la posibilidad de encontrar algún minibús que los acerque a sus destinos.

Estas fueron mis experiencias con el inicio del COVID-19 que a la fecha de terminar este relato (7/08/2020) aún nos tiene "en jaque"